El par de pendientes que cuentan una historia de amor, valentía y esperanza.
La artesanía tiene la capacidad de contar historias, de conectar, de inmortalizar momentos y, en ocasiones, de sanar.
Desde que comencé a trabajar con arcilla polimérica y creé Brétema Atlántica, he descubierto que mis creaciones no solo embellecen, sino que también tienen el poder de acompañar a las personas en los capítulos más significativos de sus vidas. Cada par de pendientes que hago lleva consigo una historia y un pedacito de mí, pero en el caso de las personalizaciones... la cosa va mucho más alla. Hay una história en particular que quiero compartir hoy. Es una historia que no solo marcó mi vida creativa, sino que también me recordó por qué elegí trabajar con mis manos y mi corazón.
Tengo una prima cuya hija, Joy, ha enfrentado retos desde el día en que nació. Joy tiene tan solo siete años, pero su vida ya está marcada por luchas médicas y una valentía inmensa. Desde su nacimiento, ha tenido problemas de corazón, y hace unos meses, los médicos detectaron un empeoramiento que los llevó a tomar la difícil decisión: Era momento de pasar por quirófano. No puedo ni imaginar lo que algo así representa para una madre... ni para una niña tan pequeña.
Viven muy lejos, yo quería estar ahí para Joy y para mi prima. Quería ayudarlas de alguna forma a sobrellevar ese momento tan complicado, pero muchas veces (o casi siempre) las palabras parecen quedarse cortas, y no siempre sabemos qué más hacer. Por eso, me volví hacia lo único que realmente conozco y me motiva: La creación artística.
Decidí escribirle un cuento infantil a Joy, un cuento impreso, con ilustraciones creadas por mí y lo personalicé especialmente para explicarle a Joy, de forma sencilla, el punto en el que ella se encontraba y hacia donde se iba a encaminar. Algo que pudiera entender y abarcar en su imaginación infantil.
Y trabajé a destajo.
En la historia que cuenta el libro, su corazón cambiaba de color: Del rojo al amarillo, en el momento en que su corazón no funcionaba correctamente, y del amarillo al rojo otra vez (de forma paulatina) en el proceso de la operación, simbolizando la recuperación, la sanación y la fuerza.
Pero no quería quedarme ahí. Decidí que ese corazón de colores también debía convertirse en algo tangible, un símbolo que Joy pudiera llevar con ella, algo que le recordara que su corazón, aunque algo diferente, es suyo, es fuerte y está lleno de vida. Así que hice unos pequeños pendientes a juego con el corazón del cuento, con los mismos colores: Rojo y amarillo. Tanto los pendientes como el libro, estaban pensados para recordarle su propia historia de valentía, pero lo que no esperaba era lo mucho que significarían para ella.
Cuando le llegaron, me contaron que no quiso quitárselos ni un momento. Me dijeron que le encantaban, que se los ponía cada vez que debía ir al hospital. Cada vez que tenía un mal día… esos pendientes le reconfortaban. De algún modo los pendientes son su escudo. Tanto es así que, aunque durante la intervención Joy no podrá llevar los pendientes, será su madre quien los llevará en su lugar, como un símbolo de fuerza y conexión entre ambas.
Saber que algo que nació de mis manos pudo brindarle un poquito de consuelo en un momento tan difícil fue para mí indescriptible. No hay éxito ni recompensa material que se compare a ese tipo de conexión.
Historias como la de Joy son las que han moldeado el propósito detrás de algunas de mis creaciones. No se trata solo de crear pendientes artesanalmente, no se trata de moda o tendencias. Se trata de narrar historias, de acompañar en momentos grandes y pequeños, de darle forma a los sentimientos que a veces no sabemos expresar. A veces pueden ser momentos felices, otras veces son capítulos llenos de incertidumbre y miedo, pero en todos ellos, he tenido el privilegio de aportar un pequeño detalle que, para alguien más, puede significar mucho. Este es el tipo de belleza que nunca pasa de moda: La que toca el alma y no solo los sentidos.
Y cuando termino un día de trabajo agotador en Brétema Atlántica Joy me recuerda que, a veces, un simple par de pendientes puede convertirse en un símbolo de lucha, esperanza y amor.
Así que, cuando trabajo en cada pieza, pienso en historias como la suya. Porque detrás de cada par de pendientes, siempre hay un pedacito de algo más grande: una historia, una emoción, una vida.